ESPIRITUALIDAD Y CARISMA


Fasta nutre su espiritualidad en el modelo de la Orden Dominicana, de su fundador Santo Domingo y de los santos dominicos.

El carisma propio de Fasta proyecta sobre la espiritualidad dominicana una luz capaz de hacer brillar todos sus elementos en una síntesis nueva, que nace de la Orden y que se distingue de ella. Este carisma asume las siguientes configuraciones:

- Construir la invisible presencia de Dios en nuestros corazones.

- Asumir como vocación y misión personal el contemplar, construir, sostener y proteger la Ciudad Miliciana, viviendo como laico la vocación-misión conforme a la doctrina del Concilio Vaticano II.

- Recrear de un modo conciente y creciente comunidades sacrales, sapienciales, apostólicas y organizacionales.
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- Evangelizar la cultura volcando la tarea hacia la juventud, la familia y la pastoral doctrinal.
Tomar la ciudad como ámbito de acción evangelizadora, o sea, como el lugar donde se debate la realización social, cultural, política y religiosa.

- Tener conciencia histórica para leer los signos de los tiempos.

- Hacerse salvadora y promotora del hombre de hoy, empeñándose por considerar todas las cuestiones que hoy comprometen la conciencia y la actividad del hombre.

- Asumir los valores humanos y temporales e interpretarlos a través de la caridad, con aquellos propiamente espirituales, religiosos y eternos, evitando que esta actitud se transforme en un simple antropomorfismo.

- Construir la "Ciudad" en la "ciudad", integrando la fe con la razón; la naturaleza con la gracia; el mundo con Dios.

- Estar siempre inspirados por la esencial misión salvadora de la Iglesia.

- Generar una acción evangelizadora que permita asumir estructuras temporales, sobre todo en el ámbito de la cultura y la educación, para ordenarlas según el espíritu del Evangelio y de acuerdo a nuestro propio carisma, ideario y vocación.